viernes, 12 de junio de 2015

Reseña: el amor de las luciérnagas



‘Una comedia inscrita en el realismo mágico… El amor de las luciérnagas es también una obra sobre el primer amor y las amistades incondicionales’. Alejandro Ricaño

El amor de las luciérnagas es una obra en la que se habla sobre la búsqueda de una escritora, María quien decide luego de una decepción amorosa irse al sitio del mundo que a ella le parecía el final de la tierra: Noruega; donde al comprar una máquina de escribir –pues escribe cuentos para niños–, hace un cuento en la que le da vida a un personaje: ella misma, a la cual a su vez le pide que se haga cargo de su vida, luego sufre un desmayo al ver a ese personaje (ella) en un funicular para descubrir al regresar a México que éste personaje ha comenzado a usurparla.

María es interpretada por tres actrices (Sonia Franco, Ana Zavala, Sofía Sylwin) quienes personifican a variaciones de ella misma (su hermana y su maestra) y que la acompañan durante toda la obra por este viaje de iniciación y búsqueda hacia Guatemala, viaje en el que se embarcará con su mejor amiga, Lola (Sara Pinet) y donde se enfrentará a ella misma y también, se encontrará a las luciérnagas.

En Sorgo Rojo, Mo Yan, logra en gran parte de su novela terminar cada una de las páginas de su novela haciendo referencia al sorgo rojo que rodea a los personajes con los que trata dentro de su trama, solo que la salida de Yan es magistral y hace gala una y otra vez de recursos lingüísticos y poéticos para complementar su historia. En el amor de las luciérnagas este recurso de llamar a una misma imagen para integrar un símbolo que haga resaltar cierta unidad en el texto, es presentado a lado de lugares comunes: amor, viaje, búsqueda, amistad, pasado y pueden, a pesar de los brillantes momentos de comicidad que los personajes tienen, resultar previsibles para el espectador que una y otra vez verá la misma palabra –en este caso la palabra clave es luciérnagas– como metáfora y como fin. La riqueza actoral, por otro lado y la personalidad y fuerza de cada uno de los personajes aminoran este efecto que ciertas ocasiones hace parecer la obra un poco acartonada, como si fuera parte de una formula bien estudiada por su autor.

Por su puesto Alejandro Ricaño el director y escritor de esta obra, no es un improvisado, es una de las promesas jóvenes del teatro nacional (Veracruz 1983), el cual ya ha ganado el premio nacional Emilio Carballido (contando con apenas 25 años) por la obra más pequeños que el Guggenheim y además el premio nacional de Dramaturgia, Victor Hugo Rascón Banda, por la obra Fractales.
El amor de las luciérnagas (premio nacional de dramaturgia Mexicalli 2011) por otro lado es una obra sobre los lugares distantes a los que debemos ir para encontrar a través de distintas voces una sola voz, la nuestra que muchas veces se pierde en el mismo momento en el que comenzamos a buscarla. Es decir, para encontrarnos es necesario des-encontranos para hallar cuál es ese elemento perdido, que una vez nos hizo buscarnos.

El amor de las luciérnagas se presentará hasta el próximo 28 de Junio en el teatro Julio Prieto, Av. Xola 800 esquina Nicólas San Juan. Funciones jueves y viernes a las 20 horas, sábados 19 y 21 horas, domingo 18 horas.


Rober Díaz 2015




martes, 5 de mayo de 2015

Entrevista al autor




E: ¿Por qué abrió este blog? R: Mira, esteee…¿Cómo me dijiste que te llamabas? E: Entrevistador, mi nombre es el entrevistador. R: Primero porque quiero ser famoso, porque quiero firmar muchos libros en la ferias del libro y escribirle porquerías a mis lectoras (he pensado en frases sugerentes y alocadas para ellas, por ejemplo: suerte: mi casualidad que vence a tu causalidad) en la primera de forros o en la segunda o en medio del libro mismo, al final será un libro mío que por cierto está a punto de salir  y tiene una foto mía en la portada y que habla, adivina… E: Nunca he sido bueno para las malas adivinanzas R: Pues habla de mí… E: ¿Solo busca fama? R: Puedes hablarme de tu, me siento viejo cuando alguien me habla de usted, y sí, solo busco la fama y la gloria personal. Me importan un pito los grandes debates como también las grandes figuras de la literatura, como la escritura en sí misma. A mí lo que me importa es a cuantas gruppies pueda conseguir por lo que escribo y me excita pensar en todas ellas a la vez. Me imagino como Fellini en su 8 y medio, en un baño y yo trepado en sus caderas o en sus piernas, acariciándolas, tocándolas, frotándolas, sobándolas... E: O sea que buscas sexo. R: Todo el tiempo, en todos los objetos que me rodean, estoy invadido por la lujuria, pero sabes por convivir contigo no voy a negarlo. Si comencé a escribir fue por llegar a mujeres que veía inalcanzables y que cuando tuve luego las desprecié por buscar a otras y a las que quise querer me dejaron buscando hombres más amorosos y menos pervertidos (esa palabra me encanta). Todo el tiempo pienso en culos y piernas. E: Tu sinceridad me da algo de repugnancia porque sé que has sido demandado por acoso sexual… R: Lo que yo haga en mi tiempo libre, entrevistador, no es asunto tuyo. Si a mí me gusta chupar paletas de hielo frente a quinceañeras, bañarme en lubricantes con olor a chicle y envolverme en látex, es parte de mi libertad. Mientras no afecte a nadie mis derechos civiles e imaginativos están salvo guardados por el estado. E: O sea que a ti no te importa nada, más que tú placer. R: Sí, y me gustaría preguntarte, ¿a quién no? Quien puede negar que detrás de todos sus móviles no se encuentra satisfacer su placer. Esa es  la lógica amigo y quienes logran satisfacer más deseos son sencillamente reconocidos como hombres exitosos. E: ¿No te parece muy estúpido comenzar tu blog asumiendo que solo buscas mujeres que ése es el fin de tu escritura? ¿No crees que ya de entrada al leer esta entrevista te van a dar por descartado a sabiendas de que no tienes seriedad, de que no te tomas esto en serio? R: Nadie lo hace, todo es una misma retórica: que si el escritor, que si el fin de la novela, que si el oficio, que si la métrica, que si la inmortalidad, que si la originalidad, que si el arte, que si el papel del escritor en la sociedad. Queremos el éxito y la popularidad, queremos que la gente vea que tan inteligentes somos, que tan sensibles somos, que además se puede ganar dinero y por qué no, al tenerlo, comprar drogas y en mi caso hacerme acompañar por una rubia hermosa… ¿O que querías que te dijera, que hay que tener valor para escribir, que hay que hacer de nuestra vida una obra de arte? E: Bueno, pues dime al menos que autores te gustan… R: ¿Para qué? ¿Para que te identifiques con mis gustos? ¿Para que valides lo que leo? Yo paso, mejor te digo que los labios de Rosie Huntington me derriten, como las piernas de Bárbara del Regil me hacen sudar frío… Si quieres pregúntame que mujeres son las que me gustan, puedo contestarte, eso es real, la descripción de lo femenino, todo lo demás vale un comino. E: Eres un sibarita entonces R: No entrevistador, me considero un sicalíptico. Fin de la entrevista.